El Sobrediagnóstico y la Psiquiatrización Infantil

El Sobrediagnóstico y la Psiquiatrización Infantil

 

El sobrediagnóstico y la psiquiatrización infantil son fenómenos de creciente preocupación dentro del ámbito de la salud mental, especialmente en lo que respecta al diagnóstico y tratamiento de trastornos en niños y adolescentes. Si bien un diagnóstico temprano puede ser útil para intervenir de manera efectiva en trastornos reales, también existe el riesgo de etiquetar comportamientos normales del desarrollo como patológicos, lo que puede acarrear consecuencias negativas a largo plazo.

Definición y Contexto

El sobrediagnóstico se refiere a la identificación de un trastorno que cumple con los criterios diagnósticos, pero que no tiene un impacto significativo en el funcionamiento del niño. A menudo, este fenómeno se produce debido a la interpretación de comportamientos típicos del desarrollo infantil como señales de patologías, como ocurre con la hiperactividad o los trastornos del ánimo.

Por otro lado, la psiquiatrización infantil se refiere a la tendencia a tratar comportamientos que forman parte del desarrollo natural de los niños como enfermedades mentales, lo cual no solo puede ser innecesario, sino también perjudicial para su bienestar.

 

Factores Contribuyentes al Sobrediagnóstico

Diversos factores influyen en el aumento del sobrediagnóstico en la población infantil:

  1. Ampliación de los Criterios Diagnósticos: Los manuales diagnósticos, como el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), han ampliado sus criterios para incluir comportamientos que antes no se consideraban patológicos. Esta expansión puede llevar a que comportamientos que son parte del desarrollo infantil, como la inquietud o la rebeldía, sean diagnosticados como trastornos como el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Caponi (2018) discute cómo estos cambios en los criterios diagnósticos han incrementado la tendencia a etiquetar y tratar como patológicos lo que en realidad podría ser parte de un proceso de adaptación normal.
  2. Presión Social y Educativa: En la sociedad moderna, existe una creciente presión sobre los niños para cumplir con expectativas académicas y de comportamiento cada vez más altas. En el ámbito educativo, cualquier desviación de lo que se considera «normal» —como la falta de concentración o comportamientos disruptivos— puede ser vista como un signo de un trastorno, lo que lleva a diagnósticos y tratamientos innecesarios.
  3. La Influencia de la Industria Farmacéutica: La industria farmacéutica ha jugado un papel crucial en la psiquiatrización infantil. En las últimas décadas, la comercialización de medicamentos psiquiátricos para niños ha aumentado significativamente. Esto no solo se debe a la efectividad real de los medicamentos, sino también a campañas de marketing agresivas que promueven el tratamiento de trastornos mentales en edades tempranas. Por ejemplo, fármacos como los estimulantes para el TDAH o los antidepresivos se han convertido en tratamientos comúnmente prescritos, incluso cuando las evidencias científicas no siempre respaldan su uso generalizado en niños.

La farmacologización de los trastornos mentales infantiles puede ser un reflejo de la «medicalización» de lo que son simplemente desafíos normales en el desarrollo. Algunos profesionales, a menudo influenciados por la industria, pueden estar más inclinados a prescribir medicamentos para tratar síntomas de hiperactividad, falta de concentración o tristeza, en lugar de buscar enfoques terapéuticos no farmacológicos. Además, la influencia de la industria farmacéutica también puede verse en las publicaciones científicas, donde algunas investigaciones pueden estar sesgadas por los intereses comerciales de las compañías farmacéuticas, lo que afecta la imparcialidad de las recomendaciones de tratamiento.

 

Consecuencias del Sobrediagnóstico y la Psiquiatrización Infantil

Las consecuencias del sobrediagnóstico y la psiquiatrización innecesaria pueden ser profundas y variadas:

  • Estigmatización: Etiquetar a un niño con un trastorno mental puede tener efectos devastadores en su autoestima y en la manera en que se ve a sí mismo y es percibido por los demás. Los niños diagnosticados con trastornos psiquiátricos pueden ser estigmatizados como «problemáticos», lo que afecta sus relaciones sociales y su rendimiento académico.
  • Tratamientos Innecesarios: Los niños diagnosticados con trastornos como el TDAH o la ansiedad a menudo son tratados con medicamentos que pueden tener efectos secundarios no deseados, como insomnio, pérdida de apetito, o alteraciones del comportamiento. Además, el uso de medicación a una edad temprana puede interferir en el desarrollo emocional y cognitivo del niño, sin abordar la raíz del problema.
  • Interferencia en el Desarrollo Natural: La intervención prematura con medicamentos o terapias intensivas puede interrumpir el desarrollo natural de un niño. El manejo de la frustración, la resiliencia frente a desafíos o el aprendizaje de habilidades sociales son partes esenciales del desarrollo, pero pueden verse limitados si se opta por una intervención clínica sin una evaluación exhaustiva de las circunstancias del niño.

 

Estrategias para Minimizar el Sobrediagnóstico

Para abordar el sobrediagnóstico y la psiquiatrización innecesaria de los niños, se pueden adoptar varias estrategias clave:

  • Evaluaciones Exhaustivas: Las evaluaciones deben ser detalladas, considerando factores contextuales, familiares y sociales, y no basarse únicamente en la observación de síntomas aislados. Es fundamental que los profesionales de la salud mental se tomen el tiempo necesario para entender la totalidad de la situación del niño antes de llegar a un diagnóstico.
  • Formación Continua para Profesionales: Los psiquiatras, psicólogos y educadores deben recibir formación continua para poder reconocer cuándo un comportamiento es parte del desarrollo normal y cuándo se requiere un tratamiento. Esto evitará el diagnóstico erróneo y la intervención innecesaria.
  • Enfoques Terapéuticos No Farmacológicos: En lugar de recurrir automáticamente a los medicamentos, es importante explorar terapias como la psicoterapia cognitivo-conductual, programas de apoyo familiar y cambios en el entorno escolar. Estas intervenciones pueden ser efectivas sin los riesgos asociados con el uso de fármacos en niños.

 

Conclusión

El sobrediagnóstico y la psiquiatrización infantil son problemas que deben ser abordados con cautela. Si bien el diagnóstico temprano de trastornos mentales puede ser crucial, es esencial que los profesionales se mantengan alerta ante la posibilidad de sobrepatologización, especialmente cuando los niños están atravesando fases normales del desarrollo. Abogar por un enfoque más holístico y menos dependiente de la medicación es clave para proteger el bienestar emocional y psicológico de los niños a largo plazo.

BEGOÑA MARÍN - PSICÓLOGA

Soy Begoña Marín, Psicóloga General Sanitaria y miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Vitoria- Gasteiz (Colegiada AA-01105).

Trabajo acompañando y guiando a las personas que pasan por una etapa complicada de su vida. Mi objetivo es que mis pacientes desarrollen estrategias de afrontamiento, conductas y pensamientos que les permitan superar las dificultades.

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